En la coyuntura actual, la amenaza de Donald Trump de aplicar un arancel de 25% a importaciones procedentes de México y Canadá no solo sacude los mercados, sino que pone en jaque la relación trilateral más importante de América del Norte. Como despacho legal que opera en entornos complejos, desde IBG Legal consideramos esencial analizar estas repercusiones con seriedad y sin rodeos.
Aquí exponemos los impactos más probables y por qué, lejos de fortalecer la economía de Estados Unidos, podrían acabar dañándola (y de paso, afectando a todos nosotros).
1. Violaciones al USMCA y choques diplomáticos
El USMCA —sucesor del TLCAN— nació con el fin de regular el comercio y favorecer la integración económica en la región. Imponer un arancel del 25% a las importaciones de México y Canadá implicaría, en la práctica, romper con buena parte de sus principios. No es solo un agravio comercial; es un riesgo de incumplimiento que podría abrir la puerta a litigios internacionales y dañar la credibilidad de Estados Unidos. México ha dejado claro que respondería con contramedidas, y eso significa trabas adicionales a productos estadounidenses, incremento de costos y un caos difícil de contener.
2. Consumidores y empresas de EE. UU. en la línea de fuego
Aunque Trump intenta justificar el arancel por cuestiones migratorias, de narcotráfico y presuntas prácticas desleales de comercio, la realidad es que este impuesto lo paga el consumidor estadounidense. Las cadenas de suministro de Norteamérica están integradas desde hace décadas —las partes de un automóvil, por ejemplo, se arman y desarman en varios cruces fronterizos—. Subir los costos de importación golpea al fabricante en EE. UU., que a su vez traslada ese golpe al consumidor final. Al final, los precios suben, la demanda baja y se desacelera la industria que se decía “proteger”.
3. Retorsión: cuando la moneda se regresa
Como vimos en la famosa “Chicken War” de los sesenta, cuando un gobierno impone aranceles, el otro contesta. El ojo por ojo en temas comerciales no es nuevo, y México es un cliente importante de productos agropecuarios y manufactureros de Estados Unidos. Si la relación se tensa al punto de un intercambio de barreras arancelarias, productores de trigo, maíz, carne y otros sectores en EE. UU. podrían ver cerradas o más costosas sus rutas de exportación hacia México y Canadá, generando desempleo y molestia política en las zonas afectadas.
4. Riesgo de fuga de inversión
La inestabilidad regulatoria es enemiga de la inversión a largo plazo. Un escenario donde Trump cambia las reglas de manera unilateral, decreta emergencias nacionales para construir muros, o decide renombrar el Golfo de México como “Golfo de América”, genera incertidumbre para las empresas. En el mejor de los casos, pospondrán proyectos. En el peor, buscarán otros destinos con mayor certidumbre jurídica. Es un golpe directo a la competitividad de Norteamérica como bloque económico.
5. Políticas migratorias y tensión humanitaria
Paralelo a la cuestión comercial, el endurecimiento de las deportaciones, el programa “Remain in Mexico” y el refuerzo de muros y tropas generan fricciones. Si bien esto no se traduce directamente en costos arancelarios, sí dificulta la negociación diplomática en otros temas importantes. La colaboración en seguridad, inteligencia y combate al narcotráfico requiere de confianza mutua. Un ambiente lleno de acusaciones, amenazas y medidas unilaterales la debilita.
6. Repetir la historia o aprender de ella?
Ya tenemos precedentes de cómo salen este tipo de políticas. Con los aranceles de 2018 al acero y aluminio, lejos de repuntar el empleo industrial en EE. UU., muchos fabricantes vieron mermados sus márgenes de ganancia al pagar más por los insumos. También se encarecieron electrodomésticos y vehículos, y las exportaciones estadounidenses sufrieron represalias. Lo mismo podría pasar —o peor— si ahora se impone un 25% contra México y Canadá.
7. La postura de México y el factor Sheinbaum
El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha reaccionado enérgicamente, invitando a la negociación, pero dejando claro que no aceptará imposiciones que violen la soberanía nacional. El Senado mexicano también cerró filas rechazando cualquier intento de etiquetar a los cárteles como “organizaciones terroristas”. En paralelo, se anunciaron programas sociales y de salud para atender a los migrantes deportados. Si la diplomacia no basta, México no dudará en aplicar medidas espejo para proteger su economía.
8. Lo simbólico pesa
Por último, no hay que ignorar lo que parece anecdótico: Trump firmó una orden ejecutiva para cambiar el nombre del Golfo de México a “Golfo de América”, que Florida adoptó casi de inmediato. Para muchos, ese gesto provoca indignación y atiza las protestas. Manifestaciones públicas, quema de piñatas con la figura de Trump e indignación en las redes sociales evidencian un clima cada vez más polarizado. Más allá de lo práctico, los símbolos cuentan, y este encono dificulta aún más la cooperación bilateral.
Conclusión
Desde IBG Legal vemos que la estrategia de Trump de imponer aranceles del 25% a México y Canadá no se queda en un simple ajuste comercial: pone en juego la integridad del USMCA, encarece productos para consumidores estadounidenses y puede detonar represalias que dañan a productores de todos lados. Encima, se enrarece el ambiente para la negociación en temas tan delicados como migración, narcotráfico y estabilidad regional. Estamos ante una especie de fuego cruzado: un proteccionismo que, bajo el pretexto de “seguridad”, amenaza con encarecer la vida en Estados Unidos, socavar lazos diplomáticos y manchar la reputación de la región como un bloque económico sólido.
Si necesitas asesoría o un análisis legal más puntual ante posibles modificaciones arancelarias o disputas derivadas de los acuerdos comerciales, en IBG Legal estamos listos para ayudarte a navegar estos tiempos turbulentos.
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